Moldova, la europea de los ojos claros

Seguro que si pregunto; ¿dónde está situada Moldavia?, muy pocos sabrían decírmelo con exactitud, y hace aproximadamente un año, yo era una de esas personas. Aunque gracias a un intercambio juvenil tuve la suerte de comprobarlo con mis propios ojos.


Cuando me plantee hablar de Moldavia, me dije a mi misma, qué cuento?, qué digo?, lo recomiendo?... y la verdad no sé qué hacer, no es un país que tenga muchas cosas para ver, comida estupenda, edificios importantes, grandes museos, facilidad de trasporte, hoteles impresionantes, no. Si es eso lo que buscáis, no debéis ir a Moldavia, pero si por el contrario buscáis conocer una cultura de supervivencia, de tradición, de religión ortodoxa, de superación, de astucia,... es uno de los lugares que tenéis que visitar.


Para llegar a Chisinau (la capital de Moldavia) desde España, hay que coger 2 aviones, el primero de Madrid a Bucarest (Rumania) y el segundo de Bucarest a Chisinau. También se puede acceder desde Ucrania, pero suele ser bastante más caro, si el viaje se hace por tren o en coche, es mejor la entrada por Rumanía, ya que por Ucrania hay que pasar por Tranistria, una de las zonas moldavas más peligrosas. Si decidís ir en avión tenéis que tener en cuenta que el aeropuerto está lejos de la ciudad así que es mejor coger un taxi, (siempre recomiendo los legales y acreditados), ya que desconozco si existe trasporte público y no todas las calles de Chisinau tienen alumbrado público.


El primer impacto que produce la ciudad, es como decirlo, un "impacto comunista", da la sensación de estar en una ciudad Rusa... con edificios muy estalinistas, grandes, altos y muy deteriorados que te reciben desde una carretera vieja de dos carriles. Lo más bello de Chisinau,  por lo menos para mí, es el centro de la ciudad, donde se encuentra la calle principal, (calle Sta. Columba) la cual está llena de tiendas, cafeterías y restaurantes (tanto de comida tradicional como de comida rápida), recomiendo pasar a la tienda de chocolates de la fábrica Bucuria, donde se pueden encontrar una gran cantidad de chocolates de muchos tipos y fabricados en la fábrica más famosa de todo Moldavia. Andando, puedes ir al parque Valea Morilor que se encuentra en el centro de la ciudad, un lugar precioso para estar tranquilamente comiendo en la hierba, es uno de los lugares mejor cuidados de la capital.


Nosotros además visitamos el cementerio judío de la ciudad; un lugar bastante interesante, y donde están enterrados personajes importantes del pueblo moldavo, si vas puedes encontrarte figuras de las personas fallecidas en mármol y a tamaño natural. También realizamos una visita al Museo nacional de etnografía Moldavo, donde pudimos aprender un poco de su historia.


Pero si se quiere conocer bien Moldavia, no te puedes quedar solo en Chisinau, ya que los monasterios más bonitos no se encuentran en la capital. Considero de visita imprescindible: el Monasterio de Capriana (monasterio  que se encuentra entre Strasheni y Capriana en un bosque, se puede acceder a él tan solo con coche, dentro del monasterio podemos ver tres iglesias ortodoxas) Monasterio de Orheiul Vechi (monasterio que se encuentra en una colina sobre el rio Rau) y las cuevas de Cricova (lugar donde hacen el vino espumoso más conocido del país y principal fuente de la economía moldava, en las cuevas hay una tienda donde puedes encontrar el vino a un precio bastante bueno).


Aunque sinceramente, si me tengo que quedar con algo de Moldavia, me quedo con las personas que allí conocimos, personas que saben perfectamente donde se encuentran y la situación en la que se encuentra su país, personas que ya no buscan un cambio grupal, sino un cambio individual, personas que desde jóvenes aprenden otros idiomas y deciden realizar mil trámites burocráticos para poder estudiar fuera, salir del país que les vio nacer y que cada día les pone trabas para salir adelante, ese país al que después de estudiar en un país extranjero quieren volver para poder aplicar los aprendido, como María, hija de una doctora y de un policía, cuyo mayor sueño es conseguir una beca para venir a estudiar a España y poder hacer aquí la carrera de medicina  y así después volver a su país a poder ejercer por el mísero sueldo de 150 euros al mes.


Es un honor haber compartido una semana de mi vida con esta gente, ya que nos abrieron las puertas de sus vidas y eso no siempre es fácil. Mil millones de gracias y nunca olvidaré veros cantar, bailar, reír... 


.... para quien aún no lo sepa.... se encuentra entre Rumanía y Ucrania....